Pueblos bonitos cerca de Jaca

Los pueblos bonitos cerca de Jaca con encanto que no debes perderte

La provincia de Huesca, situada en Aragón, es uno de esos rincones de España que más pueden llegar a fascinarte. En su interior es donde podemos encontrar a Jaca, una población con una historia impresionante y un entorno natural increíble. Este enclave del Pirineo Aragonés no sólo es conocido por su pasado medieval, por su ciudadela y por su catedral románica, sino que también es el punto de partida para visitar algunos de los pueblos bonitos en los alrededores de Jaca.

Pueblos que combinan historia, un paisaje idílico y un patrimonio monumental que parece traer a otra época. Entrar en esta zona, es descubrir la magia de sus calles empedradas, sus castillos o sus paisajes que seducen a cualquier visitante. ¡Prepárate para un recorrido lleno de sorpresas en los alrededores de Jaca!

Conoce los pueblos bonitos cerca de Jaca perfectos para perderte un fin de semana

Canfranc

Canfranc es conocido, entre otras cosas, por su espectacular Estación Internacional de Canfranc, un edificio histórico que parece sacado de una película. Este impresionante edificio, que se ha restaurado en los últimos años, es una de las grandes joyas de la zona y un gran testimonio del esplendor de tiempos pasados. Pero Canfranc ofrece mucho más; su entorno está rodeado por montes y por rutas de senderismo que permiten disfrutar de unas vistas increíbles y de una naturaleza sin intervención humana.

El río Aragón atraviesa el valle y le da un toque especial al paisaje y a sus rincones más idílicos. En el invierno, es la opción perfecta para los amantes de la nieve, gracias a su proximidad a las dos estaciones de esquí, Candanchú y Astún, las más importantes por el Pirineo Aragonés.

Villanúa

Villanúa es otro de los pueblos bonitos en los alrededores de Jaca que no puedes dejar de visitar. Este pequeño enclave está rodeado por la naturaleza y es famoso por sus cuevas de las Guixas, un atractivo sistema de cuevas que ha sido el escenario de leyendas y misterio a lo largo de los siglos. Estas grutas son morada de diversas especies de quirópteros y tienen un atractivo muy particular que atrae tanto a curiosos como a verdispreciosos de la espeleología.

La población también lo posee rutas de ‘trekking’ y parajes naturales que suponen un paraíso para quienes quieren desconectar de la cadencia urbana. Sin embargo, su casco urbano conserva el atractivo de las viejas construcciones pirenaicas, con viviendas de piedra que nos trasladan a tiempos pretéritos.

Loarre

Loarre posee uno de los calabozos más espectaculares de Aragón, el Calabozo de Loarre. Este calabozo románico medieval, de la central del siglo XI, es considerado uno de los mejor conservados de Europa y ha sido el escenario de diversas producciones cinematográficas. Establecido en un otero rocoso, proporciona unas vistas verdaderamente increíbles del paisaje que lo rodea, desde los valles hasta las montañas próximas.

Pasar de una sala a otra es como retroceder en el tiempo, con salas, torreones y murallas que relatan siglos de historia. El cerro de Loarre también merece una visita, con calles tranquilas, viviendas tradicionales e idílicas que transmiten una paz incomparable. Loarre es ideal para aquellos que quieren mezclar la historia, la naturaleza y la calma.

Biescas

Biescas es un pueblo vibrante y lleno de vida que mezcla tradición con modernidad en el corazón del valle de Tena. Rodeado de montañas, es perfecto como punto de inicio de la exploración de los parajes naturales que lo engalanan. En el casco urbano destaca la iglesia de San Pedro, templo de una arquitectura románica que es, sin lugar a dudas, un auténtico tesoro arquitectónico y uno de los más representativos de la zona.

El entorno de Biescas brinda muchas rutas de senderismo: un gran ejemplo es la que nos lleva al ibón de Piedrafita, un lago de montaña que parece sacado de un cuento onírico. Su entorno agradable y su gente hacen de la localidad un sitio ideal para saborear la comida típica, en la que sobresalen platos como el ternasco y las migas.

Ansó

Ansó es uno de los pueblos más bonitos del medievo aragonés, un tesoro escondido en el Pirineo. Sus adoquinadas calles y sus piedras de tejados pizarra forman una suerte de paisaje postal que gusta a quien lo pisa. El museo del Traje Ansotano es una visita obligada para conocer más sobre las tradiciones de la zona, en toda su variada vestimenta tradicional que alberga siglos de historia.

Pero no sólo esto: Ansó, la puerta de acceso a impresionantes rutas de montaña, como la que va al valle de Zuriza (que entraña un mundo natural impresionante). La tranquilidad que conserva la localidad junto a su patrimonio cultural hace que esta localidad sea emocionante para relajarse y perderse en la verdadera esencia del Pirineo.

Broto

Broto es un pueblo especial, pero especial, situado en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido. Su famosa cascada de Sorrosal es una de las cosas que todo el mundo viene a ver, ideal para los amantes de la naturaleza que quieren tomar unas fotos de paisajes extraordinarios.

El casco viejo de Broto mantiene la esencia tradicional de las casas de piedra, calles adoquinadas y tranquilidad para pasear. Desde aquí se puede iniciar una excursión por algunos de los paisajes más impresionantes del Pirineo, como la excursión al valle de Ordesa. La conjunción de lo natural con lo tradicional hace de Broto una característica única.

Aínsa

Aínsa es un legado medieval que no debes dejar de visitar. Su núcleo antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico, contiene calles empedradas, casas de piedra y plazas encantadoras que parecen estancadas en el tiempo. La Iglesia de Santa María y su castillo son los dos grandes protagonistas del lugar, que satisfacen la curiosidad de quienes gusta de la historia y de la arquitectura del periodo medieval.

Aínsa es también un excelente punto de partida para adentrarse por el valle de Ara, donde pueden realizarse actividades deportivas al aire libre como el senderismo, la bicicleta de montaña o hasta los deportes de agua. La conjunción de los legados culturales con lo natural hacen de este pueblo un legado ineludible.

Torla

Torla es la puerta de entrada al parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, uno de los paisajes naturales más espectaculares de España. Este singular pueblecito, emplazado en un entorno montañoso, nos muestra una bonita arquitectura tradicional, con casas de piedra y tejados de pizarra.

Desde Torla se inician las rutas hacia la Cola de Caballo y el valle de Ordesa, dos de los puntos más transitados del parque. La iglesia románica del pueblo, ubicada en el centro de la población, complementa la belleza natural de esta sorprendente localidad. Torla es ideal para amantes de la naturaleza, la historia y la tranquilidad.

Boltaña

Boltaña es un municipio que combina la historia con la naturaleza de una forma espectacular. Su castillo medieval, que se asienta en una colina, es uno de los puntos más emblemáticos y nos ofrece unas vistas panorámicas del Pirineo que nos dejan sin aliento. El casco histórico, con un entramado de calles estrechas y casas de típica construcción tradicional, nos invita a paseo por sus calles y descubrir rincones cargados de encanto.

Boltaña también es conocido por su entorno natural, que nos ofrece innumerables posibilidades para practicar senderismo o simplemente admirar la tranquilidad que caracteriza este lugar. La suma de patrimonio y paisajes hace que Boltaña sea un destino de obligada visita.

Fiscal

Fiscal es una pequeña localidad que nos sorprenderá por su tranquilidad y belleza. Su proximidad al parque nacional de Ordesa y Monte Perdido la convierte en un lugar idóneo para los amantes de la naturaleza. Entre los atractivos de Fiscal destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un templo sencillo, pero muy encantador, que refleja perfectamente la historia de este lugar.

Adicionalmente, la iglesia de Fiscal es el punto de partida para diversas rutas de senderismo que nos llevarán a descubrir los secretos del Pirineo, desde los bosques frondosos hasta los ríos de aguas cristalinas. Es un lugar ideal para descansar y descubrir el entorno natural que nos esconde.